Se dejó caer en la silla de su despacho. Tras de él, treinta largos años en el cuerpo, los doce últimos en los despachos. Dejó la carta de despedida sobre la mesa, y abrió el primer cajón del escritorio.
De él sacó una foto. Dos jóvenes, de unos trece años, posaban disfrazados de policías el día de Halloween. A la izquierda un chico rubio, alto y fornido. A la derecha se reconoció como el chaval moreno, algo más bajo que su amigo y visiblemente más delgado. Recordó como pasaron su infancia capturando malvados. "Alto en nombre de la ley" gritaban mientras rodaban por el césped y se escondían tras los árboles, apuntando con sus pistolas de madera.
No quedaba nada. La muerte de su madre y el abandono de su padre marcaron su madurez. Se alistó en el ejercito de los EE.UU., y fue enviado a Vietnam donde fue capturado y torturado. Volvió lleno de cicatrices físicas y emocionales, y con el cadáver de su amigo de la infancia envuelto en la bandera de su país.
Sus ilusiones y sueños, enterrados. El afán de superación y la responsabilidad por el bien se esfumaron. Se aficionó al Whisky, a las apuestas y a las putas. Fue ascendido, y se le fue concedido un despacho Camp Pendleton donde pasar las horas muertas de una triste vida. Cada fin de semana se desplazaba a Los Ángeles, para gastar todo su dinero en emborracharse y endeudarse. Tuvo problemas con los corredores de apuestas, teniendo que saldar deudas con sangre. No conoció cariño alguno, ni conoció otro amor que no fuera pagando. Vivió solo, y sabía que moriría solo.
Las lágrimas mojaron el amarillento papel que contenía la imagen. ¿En que momento perdió su vida?, ¿Donde quedó aquel niño que atrapaba criminales imaginarios y soñaba con la gloria?
No pudo soportar la culpa. Le torturaba saber que aquel niño de la foto ya no existía.
Agarró la pistola y se la llevó a la boca. Nadie lo iba a echar de menos.
El percutor sonó, martilleando la base de la bala. Y con el sonido del disparo murió por segunda vez.
"La vida llena el cielo de ángeles, mientras quedan en la tierra cada vez más miserables."
No hay comentarios:
Publicar un comentario